Históricamente, Alemania, entre otros países han sufrido la denominada hiperinflación, lo que viene a ser un aumento de los precios de los productos de una forma desproporcionada. La más famosa en Europa es la Alemana del periodo entre guerras. Llego a tales niveles que los niños en la calle jugaban con fajos de billetes porque con ellos realmente no podías comprar nada, los precios subían diariamente, incluso varias veces a lo largo del día en productos básicos.
Actualmente Europa está inmersa en una unión, con un Banco Central Europeo, común a todos los países, teóricamente independiente del poder ejecutivo y legislativo de la UE y de los países miembros de la Eurozona. De hecho algunas políticas de la Unión han de ser consultadas con el BCE para no generar problemas en los flujos ni incentivos al mercado, contrarios a los establecidos o contrarios a los objetivos del BCE.
El principal objetivo a cumplir por el Banco Central es el establecimiento de una inflación inferior pero cercana al 2% en el medio plazo.
No estoy diciendo que esta estabilidad del precio de la cesta media sea contraproducente para la economía, de hecho provoca que las empresas puedan cumplir sus previsiones a largo plazo en ventas y compras con los países miembros, pero esta estabilidad se ve muy relacionada con el primer párrafo de este post. Hay un miedo a la hiperinflación y por lo tanto, las políticas monetarias van encaminadas a ese inmovilismo.
El principal problema es que esta política implementada por el BCE no siempre es beneficiosa para todos los miembros de la eurozona, puesto que a algunos países como pueden ser Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España, se podrían beneficiar de este aumento de los precios, un ligero aumento de los precios y por tanto de la inflación, fomentaría a grandes rasgos la economía. El problema es que Alemania, principalmente, es contraria a esta política puesto que supondría un menor crecimiento de su economía ya que está en crecimiento positivo.
Un país, contra varios de ellos.
El hecho de contar con unas instituciones únicas y un sistema tributario único, permitiría la solución parcial a estos problemas, todos remaríamos hacia el mismo sentido, pero nadie quiere ceder competencias cuando todos defienden el papel de Europa.
Como la definición de algunas relaciones amorosas: Es complicado.
Carlos Laorden.
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