No niego a la nueva tecnología en absoluto, creo que es positiva para nuestro aprendizaje y sobre todo porque el futuro de todos estaremos mediados por la misma, integrándose cada vez más a nuestra vida y en las más comunes practicas diarias con la domótica.
No obstante, en una escala del blanco al negro, hay muchas tonalidades, toda una escala de grises y en el caso de la enseñanza de nuestros pequeños querubines es de lo mas fácil y sencillo rodearlos de tecnología y comprarles unas gafas cuando se les estropee la vista y no preocuparse por si se tuerce el tobillo porque está jugando al balón con los niños del parque. Ahora lo que hacen es estar sentados en un banco viendo como juega uno de sus amigos o compañeros, mientras comentan "¡si! ¡Si!, ¡metete en esa cueva y mata al gusano!"
Comparando con nuestra generación en la edad infantil, que fue pervertida con las videoconsolas años después y sabiendo que las comparaciones son odiosas, defiendo el valor de una pelota y una comba al de una PSP. Claro que no todas las videoconsolas son iguales, las hay individuales, aunque exista el famoso multijugador y puedas jugar con otros amigos, pero las hay, como la Wii, que si que interactúas con el resto de personas, incluso pueden hacer que tengas cierta actividad física en casa, aunque siempre se puede engañar a una maquina, cuando en otro caso no la tendrías y deberías de salir a la plaza a 5 grados de temperatura en invierno y armado con 10 kilos de ropa.
En base quiero decir, que se está perdiendo el contacto directo con la gente, el trabajo en equipo, los deportes físicos como tal, porque es fácil decirle a un niño que si, y tenerlo entretenido. Ciertas características que antes se tenían se pueden llegar a perder y todo es bueno, pero con ciertas precauciones. Puedes ganar poder de mando, destreza y ser un buen estratega, pero una vez vista la teoría y practica en frente de una pantalla, has de llevarlo a cabo en la vida real, en un campo de baloncesto, de futbol o en la plaza de al lado de tu casa.
Tecnología si, videoconsolas sí, pero con límites.
Carlos Laorden.
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