viernes, 31 de agosto de 2012

DE LOS INMIGRANTES ILEGALES Y LA SANIDAD PUBLICA ESPAÑOLA

De la prohibición gubernamental recién impuesta que promulga la no asistencia en consulta médica de los inmigrantes sin papeles se pueden sacar ciertas conclusiones. 

Una primera idea que podemos vislumbrar puede ser el ahorro económico que va a suponer, ya que la asistencia ahora deberán de abonarla y por tanto es un desembolso por un servicio y no tienen asistencia gratuita, sufragada por todas aquellas personas que pagamos impuestos. También el hecho de que los mismos médicos para menos personas, puede mejorar la calidad del servicio de consulta puesto que las colas serán menores, el doctor podrá dedicarse en mayor medida a los pacientes o también puede ocurrir que disminuya la lista de espera de los pacientes. 

Pero, aunque todo parecen beneficios, vamos a pensar en que no todo es economía aunque a alguno que otro le pese y entra en juego la ética profesional, concretamente el Código Deontológico Médico y el sentido común por otra parte. Según ese código (Cap. II. 2) El médico debe atender con la misma diligencia y solicitud a todos los pacientes sin discriminación alguna, bajo pena de incurrir en una falta disciplinaria tipificada por los Estatutos Generales de la Organización Médica Colegial (Cap. I, Art. 2.2) Por otra parte, según el sentido común: ¿quien dejaría de atender a una persona que no sabes que le pasa sin examinarle y que podría tener una enfermedad contagiosa, la cual puede ser peligrosa para la población? 

El mandato del gobierno impide la consulta médica, no la asistencia en urgencias, y por lo tanto será ingresado en algún hospital para ser tratado, de forma que en conjunto será mucho más perjudicial para las cuentas públicas. 

Los doctores no ven las cuentas públicas, muchos ellos no quieren ser los jueces que deciden tú te salvas, tu no, tu si, tu no..." Cuando tratas con seres humanos las cuentas no cuentan demasiado para personas que han de mediar con ellos y que no se encargan de la economía del país. 

Solo una legislación estricta, pormenorizada de síntomas graves a tratar y lo más objetiva posible, puede solucionar una situación como esta y conseguir la eficiencia económica, ya que el hecho de no tratar a una persona, puede provocar tener que tratar a 5 o 50 que se han contagiado. O se hacen las cosas bien, o no se hacen. Al cerrar los cortes tras una operación, no se ponen tiritas, se cose o se grapa bien. 

Carlos Laorden López.

No hay comentarios:

Publicar un comentario