miércoles, 20 de julio de 2011

¡MÁS CASAS!

Llego tarde, muy tarde, en la época en que podría haber triunfado mi idea, no tenía ni la edad para que alguien me hiciese caso, ni el dinero suficiente para realizar estos pensamientos de loco.
Pensando en el largo plazo por supuesto, admitiendo las vicisitudes del sistema, siempre me lo propuse desde que comencé a desarrollar proyectos en mi mente.
El tema que vengo a tratar tiene escaso sentido hoy en día porque la demanda de este negocio está más que saturada, al precio actual. Entre otros proyectos del ámbito de la construcción surgió en mi cabeza el hecho de que se cumpliera el artículo constitucional de una vivienda digna, una en la que no se tuviera que invertir durante varias generaciones para finalizar su pago.
¿Qué pasaría si se fijasen unos máximos beneficios, voluntarios, en una empresa constructora? Teóricamente, mi propósito es reducir lo máximo posible el coste de una casa, no reduciendo costes a costa de los materiales de construcción, nada de eso, existen trucos económicos, como por ejemplo que las compras al por mayor salen mucho más baratas, como que los incentivos a los trabajadores por cumplir unos objetivos temporales ayuden a disminuir el coste por tiempo en exceso de las obras, como que una gran urbanización de pisos igualitos todos (monotonía) sale más barato, de manera que con un par de planos de casas podemos construir mil.
Con una financiación adecuada, ayudas del estado, o mucho dinero propio en el bolsillo, podrían beneficiarse muchas personas, dado que un producto de estas características será más atractivo para los consumidores, dado que maximizan sus utilidades.

Siempre me hablaron de dos variables de comercio cuando era pequeño, una primera que trata de vender algo muy caro a pocas personas, de manera que se gana mucho por esa venta, el precio puesto es mucho mayor al del coste real, y por otra parte un precio bajo y una venta a muchos consumidores, de manera que la suma de todas las pequeñas diferencias nombradas antes, es lo suficientemente elevado para maximizar nuestro querido beneficio. En mi humilde opinión creo que los precios de las casas actuales, no están posicionados en ninguno de los dos, si no que están en una especie de limbo, de manera que no es posible que funcione este gran negocio, y dado que la demanda
sigue estando ahí, puesto que muchos jóvenes quieren pero no pueden independizarse dado el precio de las casas, esta sería una posible solución.
Podéis pensar algo erróneo, que hagan lo mismo con las casas ya construidas. En principio es un imposible porque parte de los beneficios ya están repartidos, de manera que sería fallido, y por otra parte porque la persona que realice este plan, debería de tener un espíritu social bastante desarrollado, y no digo que no exista, sino que es muy posible que los que hasta ahora han dominado en este negocio no lo tengan tan avanzado.

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