Todo el mundo habla de las medidas que están adoptando por el gobierno como el abaratamiento del despido o el aumento de años en la edad de jubilación. Sin ninguna duda estas son unas medidas respetables puesto que han sido aprobadas por los representantes de los españoles, nuestros respetables senadores y diputados.
No hay ninguna duda que el abaratamiento del despido provocará que algún que otro empleado sea despedido, pero como es lógico no será el más eficiente y trabajador, será aquel que menos aporta a la empresa. ¿Cuál es el beneficio entonces? Habrá más parados, por lo tanto, en términos económicos menor ahorro, menor consumo, o lo que es lo mismo, menor consumo futuro, con lo que se despedirá a más población puesto que no se venden los productos y más y más stock... esto parece un bucle sin fin.
Podemos pensar que ese empresario no lo va a hacer, no va a contratar, solo quiere despedir, solo le interesa reducir costes. He de recordar, que una de las máximas del sistema capitalista de competencia perfecta es la maximización del beneficio, y ello pasa por querer más y más, cada vez mayor tamaño empresarial, cada vez mayores ventas, cada vez, necesariamente, más trabajadores.
Con respecto a la edad de jubilación, hay que decir que en mi opinión no es tan defendible, pero sí que es cierto que puede tener una serie de beneficios para el conjunto de la sociedad. Muchas personas no pueden permitirse dejar el trabajo, no tienen los suficientes ingresos como para seguir adelante con sus vidas en el caso de que sean jubilados. En cierto modo, aquí tienen unos años más para el ahorro, aquel que tendrían que haber estado realizando mientras pensaban en su futuro.
¿Qué creo yo que se está pretendiendo con esta medida? Por supuesto incrementar el tiempo de cotización, es muy importante para todos los españoles, que la parte que todos los trabajadores pagan hoy, sea el futuro pago que todos nosotros recibamos del estado. Siendo cierto que no se han guardado todos estos ingresos como previsiones a futuro de los pagos a realizar, será necesario un empuje por nuestra parte, en este sentido, cotizando durante más años para las épocas y generaciones venideras.
Está claro que si no existe una renovación generacional en los empleos, no solo va a existir una parte de la población, los jóvenes, que va a estar desempleada, sino que las empresas van a tener dificultades para adaptarse a los nuevos cambios, puesto que en los últimos tiempos el reciclaje de conocimientos que hay que realizar es continuo y la flexibilidad ante esto. Los nuevos conocimientos que han adquirido estas nuevas generaciones son el motor de la evolución de las empresas y sus aspiraciones de crecimiento, y con ello el de toda la economía.
¿Qué solución se le puede ocurrir a uno ante esta altísima tasa de paro? Claramente la medida que voy a proponer en las próximas líneas no hace más que esconder la tasa de parados, porque realmente seguirá estando ahí, pero me parece una medida muy interesante por el beneficio que se puede obtener de ello.
Y porque no movemos otra cifra. Actualmente la edad mínima para trabajar son los 16 años, y añadiendo a esto que la mayor parte de la población desempleada se sitúa en los más jóvenes, se puede proponer aumentar de los 16 años a los 18 la edad legal para trabajar. Pero que podríamos hacer con jóvenes que tienen dos años más sin disponibilidad para trabajar:
Podríamos aumentar la obligatoriedad de la educación dos años más, estableciendo la variabilidad de un grado medio o un bachillerato obligatorio, realizando así una inversión de capital humano en nuestra sociedad.
También podríamos declarar la obligatoriedad de un par de años en un instituto exclusivamente dedicado a los idiomas, en el que se fomentaría el estudio en el lenguaje que el propio alumno elija, como perfeccionamiento o comienzo de sus conocimientos del mismo, además de conocer el la cultura, costumbres, y estudios pormenorizados del país elegido en cuestión. Posiblemente enfocado a una mayor internacionalización de la economía española.
Dado que soy estudiante y es lo que me rodea, se me han ocurrido estas opciones claramente encaminadas a mi ámbito más cercano, pero quien sabe, tal vez a los políticos se les ocurran más.
Carlos Laorden López.
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