Para todo país miembro de la unión europea hay un antes y un después en la composición de sus socios exportadores e importadores, puesto que el hecho de pertenecer a un ente superior que progresivamente abre las fronteras eliminando todo tipo de barreras para productos, servicios, capitales y personas, hace que esa zona se convierta en preferente a la hora de emprender la internacionalización, por las facilidades que se ofrecen. Tanto es así que no podemos encontrar un solo miembro de la Comunidad que no dedique la mayor parte de su comercio a un país externo a la Unión Europea.
Se puede encontrar otro problema de comercio internacional en relación a terceros países, por la pertenencia a la UE, además del comentado en la parte 1 de la semana pasada. Que sea preferente realizar otros tratados de comercio con países terceros que a priori, no aportan nada a algún miembro no dando relevancia a otros que podrían ser de más urgencia para algún miembro.
España forma parte de la actual Unión Europea desde el 1 de Enero de 1986, hasta ese momento la nación española poseía la total competencia en materia de política exterior, estableciendo sus propios aranceles, cuotas y demás barreras, así como sus propios acuerdos unilaterales o de diverso tipo con otros estados.
Teniendo en cuenta los datos de los principales socios de la Unión, ya nombrados anteriormente, es entendible que los acuerdos se direccionen principalmente a estos mercados. Comparándolos con los de España podemos observar que existen similitudes. Estos parecidos en el caso de España disminuyen el problema, sobre todo puesto que el 85% del comercio de los 5 principales socios es con la UE. Este dato clarifica que los mayores esfuerzos que España desea que se realicen en la unión europea son en referencia a la eliminación de trabas con respecto al interior de la zona para una mayor agilización del comercio.
El mayor problema puede ser en la evolución de los acuerdos de la Unión Europea con Marruecos, puesto que históricamente ha sido un socio comercial dada la situación parcial de excolonia. No obstante el 1 de Marzo del 2000 entro en vigor el acuerdo de libre comercio en materia de bienes, firmado en 1996. Solventando el problema planteado, aunque con un periodo largo de espera, puesto que se han de contar con el periodo de adaptación previsto en el propio acuerdo, al final se han conseguido favorecer los intereses de España, entre otros países.
Se puede concluir que la Unión Europea no es un sistema perfecto, puesto que alberga distintas opiniones acerca de las preferencias de los miembros de la comunidad, pero por medio de unos u otros medios, se consigue complacer al menos provisionalmente a los países integrantes.
Carlos Laorden