Tras el intenso debate de corbatas azules, que se ha sucedido entre los dos candidatos de los partidos mayoritarios a las elecciones del 20 de noviembre de este mismo año, siento el deber de criticar aquello por lo que me ha hervido la sangre, mientras disfrutaba del mismo. Dos momentos claves del debate, el primero, en orden cronológico, por el primero que me he sobresaltado, el comentario de Rajoy, candidato electo para presidente propuesto por el Partido Popular, en referencia y como crítica a las pésimas medidas, según el criterio de Rajoy, que se han ido tomando durante la crisis, para apaciguarla e intentar salir de ella, con el actual gobierno liderado por J.L. Rodríguez Zapatero. En ese comentario el candidato al que me refiero ha comentado que él, al contrario que se ha hecho, no hará cosas que no estén en su programa electoral, nada que no haya propuesto, es decir, que ante una situación imprevista, en la que no se puede hacer otra cosa que diseñar una serie de medidas, que jamás te hubieras propuesto anteriormente, este candidato, está dispuesto a quedarse de manos cruzadas y no hacer absolutamente nada, aunque sea necesario, para solucionar los problemas que le vengan de cara. Precisamente lo que representa cualquier escaño, son las preferencias de los votantes por los cuales están ahí, de forma que es la democracia directa, la que actúa, a partir de que los ciudadanos por medio de la democracia representativa del voto, han decidido, ante cualquier situación.
Por otra parte un fallo garrafal del otro candidato, Rubalcaba, por el Partido Socialista Obrero Español, en los últimos minutos del programa, cuando le tocaba finalizar el debate. Ha comentado, lo cual me parece indignante, refiriéndose a todos los españoles, que tal y como el lo ve, tienen dos posibilidades de gobierno, el Partido Popular Y el Partido Socialista, de forma que deja de lado a todos los demás partidos políticos y por lo tanto, no tiene en cuenta las preferencias de los millones de ciudadanos que han votado al resto de partidos políticos, con o sin representación actual. Por supuesto esto choca con lo que ha comentado de cambiar la actual ley de votación, para dar el poder y representación que realmente tienen los partidos minoritarios.
Los dos fallos más indignantes, dentro de los múltiples que en mi opinión, se han cometido, esta es mi pequeña critica al debate del día de ayer, 7 de noviembre del 2011.
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